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nuevo blogging (1 de 2)

 

Esta es probablemente la página más importante de todas las que verás aquí, léela entera porqué te enseñaré algo que aún estando a la vista de todos muy pocos ven.

Hay una diferencia básica entre lo que hacemos y lo que hacen el 97% del resto y es fundamental entenderlo desde hoy.

Crear y gestionar un blog (esa es una definición corta de blogger)… pero antes de seguir, piénsalo… ¿solo haces eso?

Si te identificas con esa definición, perfecto, no hay nada de malo en ello pero entonces este post no es para ti.

Cualquiera, repito, cualquiera, nivel cero, tecnológicamente hablando, con esta guía y que genere contenidos (con la frecuencia que quieras) puede ser blogger.

Publicar artículos, generar valor para tu audiencia, educar, transmitir en él tus conocimientos (incluso los vendes)…

puede que incluso ya cuentes con alguien para que te ayude en ciertas tareas como la atención al cliente o el mantenimiento técnico…

¿De verdad eso es ser blogger?

Si eres de los de esta segunda definición… o es aquí donde quieres llegar, tu ni eres ni quieres ser blogger, tu tienes un negocio, eres un emprendedor digital.

Seguro que recuerdas a Carlos.

Después de su despido tenía perfectamente claro que no quería volver a verse en esa situación y que la única solución posible para no volver a pasar por ese trago era ser su propio jefe.

Me comentaba que quería libertad.

Libertada para decidir sobre su futuro…

Para trabajar donde y cuando le diera la gana…

Quería tener el poder de decidir QUE hacer, COMO hacerlo y CUANDO llevarlo a cabo.

Error #1

Disponía del dinero de su despido pero tenía claro que había que ponerse las pilas y comenzar a sacar dinero del blog lo antes posible. Había facturas que pagar.

Recorrió internet, comenzó a leer guías, paso a paso, y ver todo tipo de videos para construir su blog (él se refería al blog como su plataforma, este era un buen paso).

Pronto (la verdad no tan pronto) ya estaba más agobiado por toda esa información tecnológica que por su propia situación.

También experimentó en carne propia «el síndrome del objeto brillante».

Cada herramienta, cada aplicación que los gurús a los que comenzó a seguir usaban o recomendaban le llamaba la atención, creía que iban a ser la solución a sus problemas y que con ellas conseguiría los resultados que deseaba, aunque no sabía ni tan si quiera como configurarla o, lo que es peor, usarlas y sacarles rendimiento…

y así, como el que no quiere la cosa, habían pasado 5 meses.

Error #2

Con algo medio decente a un blog, comenzó a escribir.

A cada post le seguía otro con la idea de que alguno alcanzaría las primeras posiciones en las búsquedas y Google le enviaría un caudal ingente de lectores…

pero esto no llegó a ocurrir… y sin darse cuenta escribía otro esperando que con este si ocurriera «la magia».

Escribía de los temas más variopintos… a ver, de lo que sabía y controlaba que era la música, pero  empleaba «trucos» como meter en el título del post temas de moda pensando que como ese tema lo buscaba muchísima gente también lo encontrarían a él…

pero siempre volvía a pasar lo mismo…

Una y otra vez veía como el buscador «le negaba su cariño» y posicionaba por encima de él contenidos infames, cortos… sin enjundia laguna, mientras sus contenidos eran largos (más de 1.500 palabras en ocasiones… como le habían recomendado), sesudos, bien documentados… nada de esto le servía para «posicionar»… se había obsesionado con esto del SEO.

Gracias a este escribir indiscriminadamente las pocas visitas que llegaban eran poco o nada cualificadas, no tenían nada, NADA, que ver con su «cliente ideal» que, por cierto, tampoco había definido, no sabía quien era… a quien se dirigía.

Y habían pasado 11 meses…

Así que 30 minutos y dos cafés más tarde ya tenia el diagnostico de lo que le pasaba a Carlos, pero quería seguir escuchando qué tenía que decirme aún…

P.D. A estas alturas el foco de Carlos se había centrado en ser experto en wordpress, seo, contenidos… ¿Era eso realmente lo que buscaba al principio?

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